lunes, 9 de agosto de 2010

    A veces, creemos que lo que queremos es lo que pensamos cuando nos levantamos por las mañanas pero, lo que de verdad deseamos, es aquello a lo que destinamos nuestro último pensamiento antes de dormirnos.

2 comentarios:

  1. ¿Tú crees? ¿Por qué atribuyes mayor valor al último pensamiento del día, en lugar del primero? ¿Y si el último, en realidad, fuera el preludio de ese primero que, procesado por nuestro subconsciente, con nocturnidad y alevosía, bautiza el nuevo día a modo de guía o manual de instrucciones? Y si esto fuera así, ¿cuál es el momento del día en el que nos olvidamos por completo de lo que de verdad deseamos y nos sometemos a la dinámica del vaivén cotidiano, nos guste o no lo que nos toca vivir?
    En fin tomate, que me voy a tomar una ensalada... verde, tranquilo... ;)

    ResponderEliminar
  2. Supongo que si piensas cosas distintas cuando te vas a dormir que cuando te levantas por las mañanas es porque hay algo que no está equilibrado. Puede que tengas razón y se le tenga que dar más valor... Ummm , entonces... Si nos levantamos a las siete y nos vamos a dormir a las doce... Partimos entre dos, sí, la verdad se encuentra a la hora de la siesta!

    PD1 Yo, por las mañanas cuando me levanto, no me iría de viaje ni a Havaii.

    PD2 También le cuestionarías a un poeta por qué siente lo qué siente?

    ResponderEliminar